Superviviente. Minerva Delicado

“Cuando acabes la dejas fuera”- dijo el operario del camión de mudanzas. Salí atropelladamente de aquel piso con mi maleta. Ese piso al que, en algún momento, llamé hogar. Pero lo que habitualmente eran risas y buenos momentos, súbitamente se transformó en una pesadilla incesante. Una lágrima salada me recorría el rostro mientras abandonaba ese escenario envuelto en aquella tétrica y abrumadora atmósfera. Allá donde miraba, solo evocaba recuerdos infaustos. Aún podía visualizar las encimeras blancas de mármol teñidas de rojo y yo desparramada en ese suelo frío de terrazo, deseando que ocurriese, algo más que un milagro…