SU PLAN VS mi plan.

Buen día. Hoy quisiera comenzar preguntándote:

¿Cuántas veces te has visto haciendo planes y trazando sueños sin contar con el consejo de Dios?

Este es un error que he llegado a cometer en numerosas ocasiones. La verdad es que somos muy confiados, y nos basta con nuestra propia prudencia para creernos que todo saldrá bien, olvidando que como seres humanos nuestra vista de lo que está por delante es muy corta.

A continuación les voy a compartir algunas diferencias que hay entre nuestros planes y los planes de Dios.

En 1er lugar: El plan de Dios es perfecto; el nuestro plagado de errores.

El plan de Dios no añade tristeza, el nuestro está condicionado de dolor en ocasiones.

El plan de Dios no decepciona; mientras que el nuestro no siempre estamos conformes con los resultados.


Y sobretodo el plan de Dios NUNCA falla ...................... Mientras que los nuestros...

No puse comparación en el último punto, ya que por una razón siempre fallamos a diario. Vivimos siempre con la alta probabilidad de que las cosas nos salgan mal.


Ahora déjame decirte algo, si entregas a Dios todo tu corazón y encomiendas a Jesús tu destino para que el poder del espíritu santo se manifieste en tu vida, no hay nada ni nadie que pueda detenerte. No por tú determinación, no por la calidad del proyecto de vida que has confeccionado sino por el respaldo de la mano del Señor que estará contigo todos los días de tu vida.

La palabra dice:

Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.
Jeremías 29:11.

La mejor solución es confiar en Dios

En esta breve meditación quiero terminar con una cosa. Es posible que en tu prudencia y caminando bajo tus propias reglas llegues lejos pero déjame decirte algo; "con Dios puedes llegar aún más lejos".

Al final tu decides, si ser el Titular del partido de tu vida o quedarte en el banquillo de los fracasados.

Dios les bendiga mucho.