Roger Swidorowicz audio de Meditaciones de Marco Aurelio - LIBRO 10 Parte 6 - Audio 2021
Apr 18, 2021 ·
5m 33s
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Roger Swidorowicz audio de Meditaciones de Marco Aurelio - LIBRO 10 Parte 6 - Audio 2021 34. Bástanle a la persona mordida por los verdaderos principios la mínima palabra y...
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Roger Swidorowicz audio de Meditaciones de Marco Aurelio - LIBRO 10 Parte 6 - Audio 2021
34. Bástanle a la persona mordida por los verdaderos principios la mínima palabra y la más
coloquial para sugerirle ausencia de aflicción y de temor. Por ejemplo:
«Desparrama por el suelo el viento las hojas,
así también la generación de los hombres»
Pequeñas hojas son también tus hijitos, hojitas asimismo estos pequeños seres que te aclaman
sinceramente y te exaltan, o bien por el contrario te maldicen, o en secreto te censuran y se
burlan de ti, y hojitas igualmente los que recibirán tu fama póstuma. Porque todo esto
«resurge en la estación primaveral». Luego, el viento las derriba; a continuación, otra maleza
brota en sustitución de ésta. Común a todas las cosas es la fugacidad. Pero tú todo lo rehuyes
y persigues como si fuera a ser eterno. Dentro de poco también tú cerrarás los ojos, y otro
entonces llorará al que a ti te dio sepultura.
35. Es preciso que el ojo sano vea todo lo visible y no diga: «quiero que eso sea verde».
Porque esto es propio de un hombre aquejado de oftalmía. Y el oído y el olfato sanos deben
estar dispuestos a percibir todo sonido y todo olor. Y el estómago sano debe comportarse
igual respecto a todos los alimentos, como la muela con respecto a todas las cosas que le han
sido dispuestas para moler. Por consiguiente, también la inteligencia sana debe estar dispuesta
a afrontar todo lo que le sobrevenga. Y la que dice: «Sálvense mis hijos» y «alaben todos lo
que haga» es un ojo que busca lo verde, o dientes que reclaman lo tierno.
36. Nadie es tan afortunado que, en el momento de su muerte, no le acompañen ciertas
personas que acojan con gusto el funesto desenlace. Era diligente y sabio. En último término
habrá alguno que diga para sí: «Al fin vamos a respirar, libres de este preceptor».
«Ciertamente, con ninguno de nosotros era severo, pero me daba cuenta de que, tácitamente,
nos condenaba». Esto, en efecto, se dirá respecto al hombre diligente. Por lo que a nosotros se
refiere, ¡cuántas y cuán diferentes razones existen por las cuales muchos desean verse libres
de nosotros! Esta reflexión te harás al morir, y te irás de este mundo con ánimo bastante más
plácido si te haces esas consideraciones: «Me alejo de una vida tal, que en el curso de ella mis
propios colaboradores, por los que tanto luché, supliqué, sufrí desvelos, ellos mismos quieren
retirarme, confiados en la posibilidad de obtener cierta comodidad con mi partida». ¿Por qué,
pues, resistirse a una estancia más prolongada aquí? Mas no por eso te vayas con ánimo peor
dispuesto con ellos; antes bien, conserva tu carácter propio, amistoso, benévolo, favorable, y
no, al revés, como si fueras arrancado, sino que, del mismo modo que en una buena muerte el
alma se desprende fácilmente del cuerpo, así también debe producirse tu alejamiento de éstos.
Porque con éstos la naturaleza te ensambló y te mezcló íntimamente. «Pero ahora te separa».
Me separo como de mis íntimos sin ofrecer resistencia, sin violencia. Porque también esto es
uno de los hechos conformes a la naturaleza. marco aurelio, filosofia, autoayuda,Roger swidorowicz, epicteto, sartre, hegel, kant, sofistas, historia, roma, nietzsche, historia de la filosofia,
filosofía, philosophy, aristoteles, oscar wilde, grecia, platon, socrates, the school of life, la escuela de la vida, pensamiento, estoico, estoicos
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34. Bástanle a la persona mordida por los verdaderos principios la mínima palabra y la más
coloquial para sugerirle ausencia de aflicción y de temor. Por ejemplo:
«Desparrama por el suelo el viento las hojas,
así también la generación de los hombres»
Pequeñas hojas son también tus hijitos, hojitas asimismo estos pequeños seres que te aclaman
sinceramente y te exaltan, o bien por el contrario te maldicen, o en secreto te censuran y se
burlan de ti, y hojitas igualmente los que recibirán tu fama póstuma. Porque todo esto
«resurge en la estación primaveral». Luego, el viento las derriba; a continuación, otra maleza
brota en sustitución de ésta. Común a todas las cosas es la fugacidad. Pero tú todo lo rehuyes
y persigues como si fuera a ser eterno. Dentro de poco también tú cerrarás los ojos, y otro
entonces llorará al que a ti te dio sepultura.
35. Es preciso que el ojo sano vea todo lo visible y no diga: «quiero que eso sea verde».
Porque esto es propio de un hombre aquejado de oftalmía. Y el oído y el olfato sanos deben
estar dispuestos a percibir todo sonido y todo olor. Y el estómago sano debe comportarse
igual respecto a todos los alimentos, como la muela con respecto a todas las cosas que le han
sido dispuestas para moler. Por consiguiente, también la inteligencia sana debe estar dispuesta
a afrontar todo lo que le sobrevenga. Y la que dice: «Sálvense mis hijos» y «alaben todos lo
que haga» es un ojo que busca lo verde, o dientes que reclaman lo tierno.
36. Nadie es tan afortunado que, en el momento de su muerte, no le acompañen ciertas
personas que acojan con gusto el funesto desenlace. Era diligente y sabio. En último término
habrá alguno que diga para sí: «Al fin vamos a respirar, libres de este preceptor».
«Ciertamente, con ninguno de nosotros era severo, pero me daba cuenta de que, tácitamente,
nos condenaba». Esto, en efecto, se dirá respecto al hombre diligente. Por lo que a nosotros se
refiere, ¡cuántas y cuán diferentes razones existen por las cuales muchos desean verse libres
de nosotros! Esta reflexión te harás al morir, y te irás de este mundo con ánimo bastante más
plácido si te haces esas consideraciones: «Me alejo de una vida tal, que en el curso de ella mis
propios colaboradores, por los que tanto luché, supliqué, sufrí desvelos, ellos mismos quieren
retirarme, confiados en la posibilidad de obtener cierta comodidad con mi partida». ¿Por qué,
pues, resistirse a una estancia más prolongada aquí? Mas no por eso te vayas con ánimo peor
dispuesto con ellos; antes bien, conserva tu carácter propio, amistoso, benévolo, favorable, y
no, al revés, como si fueras arrancado, sino que, del mismo modo que en una buena muerte el
alma se desprende fácilmente del cuerpo, así también debe producirse tu alejamiento de éstos.
Porque con éstos la naturaleza te ensambló y te mezcló íntimamente. «Pero ahora te separa».
Me separo como de mis íntimos sin ofrecer resistencia, sin violencia. Porque también esto es
uno de los hechos conformes a la naturaleza. marco aurelio, filosofia, autoayuda,Roger swidorowicz, epicteto, sartre, hegel, kant, sofistas, historia, roma, nietzsche, historia de la filosofia,
filosofía, philosophy, aristoteles, oscar wilde, grecia, platon, socrates, the school of life, la escuela de la vida, pensamiento, estoico, estoicos
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Author | Roger Swidorowicz 2023 Podcast |
Organization | Roger Swidorowicz 2022 Podcast |
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