Hay momentos en los que quiero gritar, pero no puedo, por lo menos con la naturaleza con que gritan los niños en el parque al jugar. Ellos gritan de alegría, pero también cuando lloran o se enojan. Gritan porque si y gritan porque no. como sea gritan y el conjunto de sus voces parece música en el parque. Ahora que lo pienso mejor, suena como la música de los pajaritos en el amanecer, sus cantos, ruidos o chillidos si los escuchas bien, son como una melodía. Y es así como quiero gritar, no un grito más, no un grito aislado que perturbe el ambiente y por lo desagradable sea olvidado, i desechado o ignorado.

Hay varias cosas que me asaltan, que perturban mi mente, la inquietan y le roban la paz. Asuntos que la hacen trabajar más de la cuenta y como dijo alguien, se convierte en la “loca de la casa”. Y si mi mente está loca, todo mi ser se enloquece y mi cuerpo tiende a enfermar. Unas veces me acelero y quiero hacerlo todo rápido, sin pensar. Otras veces pienso demasiado, tanto que no hago nada.

Ya le grité a las montañas… bueno, no a todas, pero sí a algunas cuantas. Todas ellas son imponentes y muy fuertes; sin embargo, aunque les gritas, parecen no escuchar y cuando lo hacen, escuchan muchas veces mal.

Quiero gritar, pero necesito y me determino a hacerlo con una voz más potente. No con enojo, queja o desespero; porque sé, que por encima de todas ellas, muchas de las cuales me miran, pero no me ven. Hay alguien que no solo me escucha sino que me entiende cuando grito, no por gritar sino para unirme a esa melodía de alabanza y gratitud de la que sin duda quiero participar.

Levanto la vista hacia las montañas;
¿viene de allí mi ayuda?
¡Mi ayuda viene del Señor,
quien hizo el cielo y la tierra.
Salmo 121: 2

Por la fe entendemos que todo el universo fue formado por orden de Dios, de modo que lo que ahora vemos no vino de cosas visibles.
Hebreos 11: 6

Quiero gritar y este es mi grito. grito que silencia los múltiples cuestionamientos de esa mente loca, que solo sabe hacer preguntas y no se detiene a escuchar. Un grito que no es ruido, es melodía, es silencio y es paz. La paz que sobrepasa todo entendimiento, que aquieta mi mente, la envuelve en su manto de ternura, la seduce, la consiente y lo más importante la convence. Aunque su voz es firme, fuerte y contundente. Voz cuyas palabras no te dan posibilidad de controvertir o discutir, no se imponen, pues sencillamente son verdad.

Verdad que es vida y alimento para mi espíritu muerto. Verdad que suaviza la estridente textura de mis gritos, que se tornan en música. Música que se torna en Reposo, pues la verdad no tiene afán. Aunque tiene muchos oponentes como la incredulidad, la duda, el cuestionamiento, la sospecha, y otros demonios más. No tiene competentes. Puede empezar atrás, en el último lugar, pero avanzar hasta el primero, pues su esencia es reinar. esencia saturada de un Espíritu Superior para quien la muerte nunca ha sido, ni será su enemigo, pues desde el principio ante Él, todo adversario o enemigo, está vencido.

¿él?... ¿Y entonces quien más? El único que pudo intervenir mi mundo vacío, en caos y gobernado por una densa oscuridad. Aquel que no se dejó por su vista impresionar sino que en su infinita sabiduría me compró por alto precio, en contra de todo pronóstico, se redujo a mi altura para levantarme a la Suya. Y ahora me renueva, me transforma para llevarme a su gloria.

El Creador de todo el universo ha dado la orden de recrearme a mí. ¿Así que quien eres tú, mente loca para dudar?
La semilla del Altísimo ha fecundado mi espíritu muerto con su vida, soy un milagro en gestación. A partir de ahora, este es el decreto que te vino a gobernar: “TODO ESTÁ RESUELTO A MI FAVOR”. Cada vez que te quieras sublevar y bajo el falso argumento de la resistencia levantar, estas ciertísimas palabras escucharás.
El mismo que hizo los cielos y la tierra ha escuchado mi clamor y me ha rescatado del pozo de la desesperación.
Él ha escuchado mi oración. Las respuestas, la ayuda, los milagros y todos los recursos necesarios, por su mandato se ponen a mi disposición.
Tu solo espera mientras te deleitas en su presencia y te capacitas para obedecer la próxima instrucción.
Nadie dice que será fácil, tendremos que accionar; solo que con la garantía de que ya no dependeremos de nuestras fuerzas sino de la Fuerza, Poder y Victoria que él nos da.