El 31 de diciembre de 2022, el Presidente Gustavo Petro despidió el año con una noticia que parecía buena y cierta.
Un acuerdo del cese el fuego bilateral entre el gobierno, el ELN, las FARC, el Clan del Golfo y otras bandas criminales de alto vuelo.
Apenas unos días después el acuerdo se fue desmoronando.
El ELN le dio el primer golpe a la credibilidad del anuncio. Dijo que no había firmado ese acuerdo y que cualquier discusión sobre ese tema tendría que hacerse en la mesa de negociación.
El Clan del Golfo guardó silencio.
Y las FARC respondieron fieles a su tradición con ataques, toma de pueblos, secuestros y extorsión.
Algunas bandas de menor alcance firmaron algo parecido a un comunicado, pero siguieron en sus andanzas.
El único que cumplió el supuesto acuerdo fue el gobierno que les ordenó a las fuerzas militares y la policía suspender operaciones ofensivas contra esas organizaciones criminales.
Además esa orden, el gobierno suspendió la erradicación de cultivos ilícitos, pidió la libertad o la suspensión de las ordenes de captura de los Jefes del ELN y las FARC, designó como promotores de paz y agilizó la aprobación de Leyes con beneficios para quienes se acojan a su política de Paz Total.
Mientras tantos todos los supuestos firmantes del Cese el Fuego Bilateral aprovecharon la suspensión de las operaciones militares en su contra para armarse, reclutar más combatientes, entre ellos menores de edad, secuestrar, extorsionar y fortalecer su control territorial.
Circularon videos en las redes sociales de columnas de las FARC y el ELN haciendo presencia en pueblos y veredas mientras la policía y el ejercito eran obligados a permanecer encerrados en sus cuarteles.
En Antioquia llegaron al extremo de ingresar a una escuela publica y adoctrinar frente a las cámaras a niños, padres y maestros.
Todo ante la mirada impotente de la fuerza pública a cuyos integrantes les ordenaron desde Bogotá respetar un Cese del Fuego Bilateral que solo parece haber estado en la imaginación del Comisionado de Paz.
Pero, como diría mamá Zoila, lo que mal empieza mal acaba. Tres meses después del anuncio presidencial el propio Gustavo Petro debió admitir que el tal Cese el Fuego Bilateral jamás existió porque todos sus supuestos firmantes se siguieron matando entre ellos, asesinando a quienes se atreven a incursionar en los que consideran sus territorios o se atreven a competirles en el negocio.
Y algunos de ellos cuando perciben que el gobierno no les va a cumplir con lo que les prometió en campaña empiezan a enviar señales de que esa traición tendrá un precio.
Este fin de semana, el Presidente les ordenó al Ejército y la Policía reiniciar operaciones contra el Clan del Golfo del que ahora dicen ya tiene nueve mil hombres en armas y es capaz de paralizar regiones enteras.
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Tan grave es el deterioro de la seguridad en casi todas las regiones del país que los gobernadores, con algunas naturales excepciones, iniciaron una campaña reclamando por Libertad y Orden anhelos y derechos consagrados en nuestro escudo nacional. Campaña criticada ahora por quienes parecen querer lo contrario.
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Tienen razón quienes dicen que los rumores sobre la renuncia masiva de coroneles del Ejército y la Policía son falsos. Tiene razón porque no es que renunciaran es que o los echaron o les obligaron a renunciar según confirmó el General Ospina a la radio.
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Los dirigentes de los gremios económicos que participaron en la redacción de las reformas laboral y pensional dicen que el Gobierno les puso conejo porque los dejó hablar, los dejó presentar propuestas, algunas de las cuales incluyeron en un borrador que hicieron público, se tomaron la foto y después las retiró.
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Los espero a las 4 y 50 de la tarde para el tercer episodio de Periodistas SinFiltro. Hoy conversaremos con el exministro de Trabajo, Angel Custodio Cabrera. .... #LibertadyOrden #política #noticias