MelP_506-Romanos_7_18
Feb 24, 2021 ·
2m 30s
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Description
«Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.» (Romanos 7:18) Hoy...
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«Y yo sé que en mí, esto es, en mi carne, no mora el bien; porque el querer el bien está en mí, pero no el hacerlo.» (Romanos 7:18)
Hoy en día está de moda ser positivo, pensar que el ser humano es básicamente bueno. Para la mayoría, la esperanza de la humanidad se encuentra en la misma humanidad. Nos predican que tenemos dentro de nosotros mismos la capacidad de lograr cualquier cosa. Pero la Biblia nos da otra visión completamente contraria y a la vez completamente realista. El ser humano es un pecador y su única esperanza no se encuentra dentro sí mismo sino en su Creador. La confesión de Pablo aquí refuerza esta realidad. Pablo confiesa que el bien no mora en su carne. O sea, naturalmente lo bueno no está presente en nosotros. Curiosamente existe el concepto del bien que deseamos ser, un sentido personal de moralidad, pero no existe en nosotros la capacidad de vivir de manera completamente coherente con nuestro propio sistema de moralidad. Todos somos expertos en reconocer el mal en otros, pero no logramos ser lo que esperamos que otros sean. Pero las buenas noticias del evangelio nos hablan a un nuevo nacimiento en que morimos a nuestra carnalidad y experimentamos una nueva vida en Cristo. De repente, donde antes no moraba el bien, ahora mora el Espíritu de Dios, produciendo en nosotros «así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Filipenses 2:13).
Escuchemos hoy la voz del Espíritu Santo que mora en nosotros y dejemos que su poder se manifieste en nuestras vidas mediante el fruto de la santificación. (David Bell)
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Hoy en día está de moda ser positivo, pensar que el ser humano es básicamente bueno. Para la mayoría, la esperanza de la humanidad se encuentra en la misma humanidad. Nos predican que tenemos dentro de nosotros mismos la capacidad de lograr cualquier cosa. Pero la Biblia nos da otra visión completamente contraria y a la vez completamente realista. El ser humano es un pecador y su única esperanza no se encuentra dentro sí mismo sino en su Creador. La confesión de Pablo aquí refuerza esta realidad. Pablo confiesa que el bien no mora en su carne. O sea, naturalmente lo bueno no está presente en nosotros. Curiosamente existe el concepto del bien que deseamos ser, un sentido personal de moralidad, pero no existe en nosotros la capacidad de vivir de manera completamente coherente con nuestro propio sistema de moralidad. Todos somos expertos en reconocer el mal en otros, pero no logramos ser lo que esperamos que otros sean. Pero las buenas noticias del evangelio nos hablan a un nuevo nacimiento en que morimos a nuestra carnalidad y experimentamos una nueva vida en Cristo. De repente, donde antes no moraba el bien, ahora mora el Espíritu de Dios, produciendo en nosotros «así el querer como el hacer, por su buena voluntad» (Filipenses 2:13).
Escuchemos hoy la voz del Espíritu Santo que mora en nosotros y dejemos que su poder se manifieste en nuestras vidas mediante el fruto de la santificación. (David Bell)
Information
Author | David y Maribel |
Organization | David y Maribel |
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