Los terroristas del sushi amenazan a los restaurantes japoneses
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En Japón, donde la cultura y tradición son valores sagrados, el respeto a los demás y la el cuidado de la higiene son aspectos innegociables en la vida diaria. Una...
show moreEs este comportamiento el que ha permitido el desarrollo, desde hace décadas, de un modelo de restauración exclusivo del país del sol naciente: esos en los que los platos se colocan sobre una cinta rotatoria que transporta la comida, y que permite que cada cliente coja los platillos que desee. El sushi es el gran protagonista de este tipo de restaurantes, aunque también se pueden encontrar bebidas, sopas, postres o cualquier otro tipo de comida.
Estos kaitenzushi se desarrollaron en Japón en la década de los 50, y gracias a su éxito se expandieron por todo el mundo. Pero es tan especial la cultura nipona que solo allí pudo mantenerse integro el modelo de negocio. En el resto del mundo, la comida no estaba accesible para cualquier cliente.
Hablamos hoy de un negocio que mueve más de 5.000 millones de dólares al año, solo en Japón. Y que a pesar del auge que vive... está en peligro. La culpa la tienen los 'terroristas de sushi', como les han llamado.
Todo ocurrió a principios de mes, cuando se difundió en redes sociales un vídeo de un joven que lamía sus manos y luego tocaba la comida que iba pasando por la cinta transportadora... que después cogían y comían otros comensales. También se le veía lamiendo una botella y una taza, que después devolvía a la pila comunitaria. La viralidad provocó el asco entre los usuarios habituales de este tipo de restaurantes, tan estrictos como son con las normas de higiene, pero también que surgieran un puñado de imitadores que han hecho lo mismo por todo el país.
Las consecuencias no se hicieron esperar. Por un lado estuvieron las consecuencias económicas. Los inversores, rápidamente, temieron las consecuencias que podría tener esta acción para el sector. Las acciones del grupo propietario del restaurante, una cadena llamada Sushiro, cayeron casi un 5% el mismo día que el vídeo se viralizó.
Para frenar la sangría, las marcas han empezado a anunciar medidas. Por ejemplo, han reemplazado las botellas de salsa de soja, y han centralizado los utensilios y la vajilla en un solo punto, para que los usuarios las pidan y no las puedan coger por su cuenta. Además, diferentes restaurantes han empezado a denunciar ante la policía a los usuarios que graban y comparten ese tipo de vídeos, por daños y perjuicios.
Muchos expertos y críticos gastronómicos culpan a los propios restaurantes de la crisis, culpándoles de haber reducido el personal que tenían contratado, lo que facilita que se produzcan este tipo de acciones.
Este percance no podía llegar en peor momento para este sector. Por un lado, porque aún hay mucha sensibilidad con la higiene tras la pandemia provocada por la Covid-19. Muchos expertos venían pidiendo una reevaluación de los estándares de seguridad alimentaria, y tras esta crisis las voces se han multiplicado.
Y por otro lado, porque el sector se encuentra en un momento complicado. El mercado japonés está ahogado por la desaceleración económica nacional, el aumento de costes de los productos y la consiguiente subida de precios que se han visto obligados a implantar las cadenas para compensar esa situación. Dada la preocupación de los japoneses por la higiene y la seguridad alimentaria, las consecuencias de estos actos de "terrorismo" son impredecibles. La consultora Nomura prevé que la afluencia de clientes y las ventas podrían verse afectados, al menos, durante medio año.
Coincide, además, que eran varias las compañías de kaitenzushi que estaban mirando al exterior para seguir creciendo. Estados Unidos, China y otras regiones asiáticas están en el punto de mira de estas cadenas para ubicar sus nuevos locales. Y ahora nadie sabe cuáles pueden ser las consecuencias de esta crisis.
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Author | elEconomista |
Organization | elEconomista |
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