Frustrados

Recuerdo todos los planes, metas y objetivos que tenía para este año. ¿Y como terminaron la mayoría de esos sueños? Frustrados. Frustrados por la terrible incertidumbre que trajo consigo está enfermedad llamada Covid, frustrados por un sentimiento de fracaso y desperdicio de tiempo, sumado a esto la desilusión de no poder alcanzar aquello por lo que tanto habíamos trabajado y si pareciera poco, está la impotencia de que simplemente es algo que se escapa de nuestras manos.

Si de alguna manera pudiéramos con el chasquido de los dedos ponerle fin a esta atroz pandemia, remover en tan sólo un instante el tan profundo dolor que trajo la partida de tantos familiares, amigos, hermanos e hijos, que todas las medidas y restricciones sean revocadas de la noche a la mañana. Si tan solo pudiera... Pero no, no puedo y la madurez es también reconocer que hay cosas que están fuera de nuestro alcance.

Viendo lo acontecido y en vísperas de un año nuevo, tenemos dos opciones.

Podemos sentarnos a ser simples espectadores ,dejar pasar las oportunidades, castrar nuestra imaginación de las posibilidades, resignarnos a ¿y si hubiera hecho esto? ¿y si hubiera hecho aquello? abrazando por tiempo indefinido ese sentimiento de frustración qué trajo consigo este año que ya casi se acaba.

O bien...

Nos sobreponemos al fracaso, pasamos página sabiendo que está por terminar un capítulo en tu vida, talvez no ha sido el mejor, es posible que haya sido un año para el olvido, uno de esos que solo deseamos guardar en una caja y tirar a lo profundo del mar, pero empezará otro. Y este nuevo año no tiene porque ser una continuación del anterior, en tus manos está la decisión de que la nueva etapa de tu vida sea escrita bajo la guía de Dios.

Solo en las enseñanzas de Jesús tú vas a conocer el verdadero propósito con el que fuiste creado.

Te aseguro, persona que oyes esto, que muchas cosas pueden llegar a tu vida y una de ellas es precisamente la frustración. Tu carácter es determinante a la hora de emprender un camino ya que solo los resilientes conocen el secreto para reponerse de las caídas.

Al final tu decides, si ser el Titular del partido de tu vida o quedarte en el banquillo de los fracasados.

El centro de la navidad.
Lucas 2:8-20.

¿Que es la Navidad?


La Navidad en su más pura escencia, es la celebración del nacimiento de Jesús tal y como se describe en Lucas 2:8-20. Puede haber distintos elementos que nos desvirtúen de la auténtica razón de gozo en estos días como los pastores, los ángeles, el pesebre incluso los reyes magos, pero es la venida del Salvador del mundo, El Verbo hecho carne, Jesús mismo es el único y Verdadero Centro de la Navidad.

Por tanto podemos entender que Navidad es Jesucristo no solo naciendo en un corral o en un pesebre, sino también en el corazón de todos los que le recibieron.

Llegados los días del nacimiento de Cristo no había lugar para él en el mesón, por lo que tuvo que nacer en un establo. Y digo yo, si tuvieras la oportunidad de darle a Jesús un lugar donde nacer en tu vida, ¿que le darías, la habitación principal de tu casa o solo un establo?

Después de un año tan largo y duro sentimos el deseo de obsequiar a nuestros familiares y amigos. Y que mejor regalo que Jesús. Basándome en Isaías 9:6 les puedo decir.

Jesús es el mejor regalo que usted le puede dar a una persona. El gran vacío que tiene el hombre es tan difícil de llenar porque ese hueco es tan grande como lo es Dios. Y por ende solo Cristo es capaz de hacer verdaderamente feliz al hombre.

El regalo de Dios descrito en el libro de Juan capitulo 3 versículo 16 es en primer lugar exagerado, porque nos dió dice la biblia no a uno de sus hijos sino al único que tenía.

Juan 3:16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Este regalo también es sin restricciones, no importa origen, raza, posición económica, política o social todos podemos recibir a Jesús en nuestras vidas. Porque es cierto que en muchos lugares (para entrar) somos evaluados según los estándares de nuestra apariencia o forma de vestir, pero cuánta alegría tengo en el corazón ya que Él nos acepta sin pretexto alguno.

Y sobre todo este regalo de Jesucristo es de valor INCALCULABLE. No hay nada que en nuestra humanidad podamos hacer para igualar o retribuir el sacrificio de la preciosa sangre de Cristo. Ni todas las joyas y perlas preciosas del mundo sumado a todo el dinero existente podrían alcanzar, mucho menos sobrepasar la magnitud del Regalo de Dios a todos los hombres que creyeron en su Hijo.

Oro y clamó a Dios para que al igual que en la Navidad, sea Jesús el Centro de nuestras Vidas.

Dios les bendiga mucho.