Evangelio Del Día Sábado 3 de Diciembre | La Oveja Sin Pastor | Hoy en Oración
Dec 3, 2022 ·
7m 13s
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Evangelio Diario LITURGIA - 03 DE DICIEMBRE DE 2022 Ciclo A - Año I - Color Morado I Semana del Tiempo de Adviento Liturgia de las Horas Tomo I I...
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Evangelio Diario
LITURGIA - 03 DE DICIEMBRE DE 2022
Ciclo A - Año I - Color Morado
I Semana del Tiempo de Adviento
Liturgia de las Horas Tomo I
I Semana del Salterio
Primera Lectura Isaías 30, 19-21, 23-26
Salmo 146
Evangelio Mateo 9, 35-10, 1. 6-8
“Dichosos los que esperan en el Señor”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Estos imperativos muestran que la misión se basa en la oración; que es itinerante: no está quieta, es itinerante; que requiere desapego y pobreza; que trae paz y sanación, signos de la cercanía del Reino de Dios; que no es proselitismo sino anuncio y testimonio; y que también requiere la franqueza y la libertad para irse, evidenciando la responsabilidad de haber rechazado el mensaje de salvación, pero sin condenas ni maldiciones. Si se vive en estos términos, la misión de la Iglesia se caracterizará por la alegría. (Angelus, 7 julio 2019
Reflexión del Evangelio de hoy (Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.)
Éste es el camino, camina por él
En la oración colecta del primer domingo de Adviento, se pide “aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo...” Y en la de esta celebración “concede a los que esperamos con devoción su venida, la gracia de tu perdón soberano y el premio de la libertad verdadera”. Incrementar, por tanto, el deseo de encontrarse con Cristo, al que se espera con devoción, es decir, bien dispuesto el ánimo, para recibir con él el perdón y la libertad verdadera.
Y el profeta Isaías, de parte de Dios comunica un mensaje alentador. En medio de las dificultades, encontrará presto al Señor, que ya no se esconde, se dejará ver y tocar, solidario en medio de su pueblo. Se le dice una palabra que se pronuncia detrás de él: “Éste es el camino, camina por él.” Las figuras que utiliza retratan una situación colmada de bendiciones, en contraste con la descripción precedente: “pan de la angustia y el agua de la opresión”. Con presteza ha escuchado el gemido. Y a la atenta escucha sigue el gesto liberador, procurando el agua para la semilla que ofrecerá abundante cosecha. Habrá pasto abundante para el ganado. En las cumbres de las montañas canales de agua.
Termina el profeta anunciando: “cuando el Señor vende la herida de su pueblo y cure las llagas de sus golpes.” Y se ha cumplido ya todo lo anunciado porque en Jesucristo el camino se ha mostrado, la abundancia del agua ha sido ofrecida para colmar la sed y él mismo es la luz que alumbra a todo hombre. El mismo es el camino que se presenta delante de nuestros ojos, el compañero para recorrer el camino y el Maestro que con su voz guía por el sendero.
Dichosos los que esperan en el Señor
Porque creyeron esperaron y se mantienen en la espera porque viven lo que han creído. Repetimos esta antífona en el salmo, mientras la alabanza se eleva al Señor. Isabel le dijo a María: “Dichosa tú que has creído.” Y ella canta al Dios en el que espera y del que espera la plenitud de la gracia para todo el mundo.
Id a las ovejas descarriadas de Israel
Esta espera del Adviento es una espera dinámica. No es una pasividad estéril, sino comprometida con el contenido que Jesús pone en sus manos al enviarlos. Se encuentran en la tensión entre el anuncio del Reino y la experiencia del mismo. Se trata de hacer lo mismo que hacía Jesús: enseñar, compartir y curar.
Y esa actuación compartida por los discípulos nace de la compasión ante las “situaciones límite” que sufren las personas: “extenuadas y abandonadas, “como ovejas sin pastor.” La misión, aparentemente limitada a los descarriados de Israel, va más allá, pues Dios envió su Hijo al mundo, es decir a todos, para tener misericordia de todos. Pues al señalar “que la mies es abundante y los obreros pocos”, no restringe la mirada a los hijos de Israel solamente, sino que en ellos se contemplan todas gentes de todos los pueblos, lenguas, razas y naciones, que se mostrará en el Apocalipsis.
Gratis habéis recibido, dad gratis
Es importante la experiencia de la gratuidad. Sin mérito previo hemos recibido de Dios tal generosa efusión de gracia, que no puede desconocerse que ésta se ha de manifestar a través de la gratuidad de la entrega. Dar sin esperar nada a cambio.
Ese es el camino que se nos señala y del que Isaías habla. Y ya no se trata de un sendero al margen del camino establecido por Dios en la persona de su propio Hijo. Es el Hijo mismo que se ofrece como Camino a seguir por medio del cual llegamos a Dios y sin duda, también a los hermanos.
¿Escucho la invitación a seguir ese camino?
¿Cómo lo sigo?
LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro de Isaías
Is 30, 19-21. 23-26
Esto dice el Señor Dios de Israel:
“Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén,
ya no volverás a llorar.
El Señor misericordioso, al oír tus gemidos,
se apiadará de ti y te responderá, apenas te oiga.
Aunque te dé el pan de las adversidades
y el agua de la congoja,
ya no se esconderá el que te instruye;
tus ojos lo verán.
Con tus oídos oirás detrás de ti una voz que te dirá:
‘Éste es el camino.
Síguelo sin desviarte,
ni a la derecha, ni a la izquierda’.
El Señor mandará su lluvia
para la semilla que siembres
y el pan que producirá la tierra
será abundante y sustancioso.
Aquel día, tus ganados pastarán en dilatadas praderas.
Los bueyes y los burros que trabajan el campo,
comerán forraje sabroso,
aventado con pala y bieldo.
En todo monte elevado y toda colina alta,
habrá arroyos y corrientes de agua
el día de la gran matanza,
cuando se derrumben las torres.
El día en que el Señor vende las heridas de su pueblo
y le sane las llagas de sus golpes,
la luz de la luna será como la luz del sol;
será siete veces mayor,
como si fueran siete días en uno’’.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mt 9, 35–10, 1. 6-8
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”.
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo: “Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente”.
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LITURGIA - 03 DE DICIEMBRE DE 2022
Ciclo A - Año I - Color Morado
I Semana del Tiempo de Adviento
Liturgia de las Horas Tomo I
I Semana del Salterio
Primera Lectura Isaías 30, 19-21, 23-26
Salmo 146
Evangelio Mateo 9, 35-10, 1. 6-8
“Dichosos los que esperan en el Señor”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Estos imperativos muestran que la misión se basa en la oración; que es itinerante: no está quieta, es itinerante; que requiere desapego y pobreza; que trae paz y sanación, signos de la cercanía del Reino de Dios; que no es proselitismo sino anuncio y testimonio; y que también requiere la franqueza y la libertad para irse, evidenciando la responsabilidad de haber rechazado el mensaje de salvación, pero sin condenas ni maldiciones. Si se vive en estos términos, la misión de la Iglesia se caracterizará por la alegría. (Angelus, 7 julio 2019
Reflexión del Evangelio de hoy (Fr. Antonio Bueno Espinar O.P.)
Éste es el camino, camina por él
En la oración colecta del primer domingo de Adviento, se pide “aviva en tus fieles, al comenzar el Adviento, el deseo de salir al encuentro de Cristo...” Y en la de esta celebración “concede a los que esperamos con devoción su venida, la gracia de tu perdón soberano y el premio de la libertad verdadera”. Incrementar, por tanto, el deseo de encontrarse con Cristo, al que se espera con devoción, es decir, bien dispuesto el ánimo, para recibir con él el perdón y la libertad verdadera.
Y el profeta Isaías, de parte de Dios comunica un mensaje alentador. En medio de las dificultades, encontrará presto al Señor, que ya no se esconde, se dejará ver y tocar, solidario en medio de su pueblo. Se le dice una palabra que se pronuncia detrás de él: “Éste es el camino, camina por él.” Las figuras que utiliza retratan una situación colmada de bendiciones, en contraste con la descripción precedente: “pan de la angustia y el agua de la opresión”. Con presteza ha escuchado el gemido. Y a la atenta escucha sigue el gesto liberador, procurando el agua para la semilla que ofrecerá abundante cosecha. Habrá pasto abundante para el ganado. En las cumbres de las montañas canales de agua.
Termina el profeta anunciando: “cuando el Señor vende la herida de su pueblo y cure las llagas de sus golpes.” Y se ha cumplido ya todo lo anunciado porque en Jesucristo el camino se ha mostrado, la abundancia del agua ha sido ofrecida para colmar la sed y él mismo es la luz que alumbra a todo hombre. El mismo es el camino que se presenta delante de nuestros ojos, el compañero para recorrer el camino y el Maestro que con su voz guía por el sendero.
Dichosos los que esperan en el Señor
Porque creyeron esperaron y se mantienen en la espera porque viven lo que han creído. Repetimos esta antífona en el salmo, mientras la alabanza se eleva al Señor. Isabel le dijo a María: “Dichosa tú que has creído.” Y ella canta al Dios en el que espera y del que espera la plenitud de la gracia para todo el mundo.
Id a las ovejas descarriadas de Israel
Esta espera del Adviento es una espera dinámica. No es una pasividad estéril, sino comprometida con el contenido que Jesús pone en sus manos al enviarlos. Se encuentran en la tensión entre el anuncio del Reino y la experiencia del mismo. Se trata de hacer lo mismo que hacía Jesús: enseñar, compartir y curar.
Y esa actuación compartida por los discípulos nace de la compasión ante las “situaciones límite” que sufren las personas: “extenuadas y abandonadas, “como ovejas sin pastor.” La misión, aparentemente limitada a los descarriados de Israel, va más allá, pues Dios envió su Hijo al mundo, es decir a todos, para tener misericordia de todos. Pues al señalar “que la mies es abundante y los obreros pocos”, no restringe la mirada a los hijos de Israel solamente, sino que en ellos se contemplan todas gentes de todos los pueblos, lenguas, razas y naciones, que se mostrará en el Apocalipsis.
Gratis habéis recibido, dad gratis
Es importante la experiencia de la gratuidad. Sin mérito previo hemos recibido de Dios tal generosa efusión de gracia, que no puede desconocerse que ésta se ha de manifestar a través de la gratuidad de la entrega. Dar sin esperar nada a cambio.
Ese es el camino que se nos señala y del que Isaías habla. Y ya no se trata de un sendero al margen del camino establecido por Dios en la persona de su propio Hijo. Es el Hijo mismo que se ofrece como Camino a seguir por medio del cual llegamos a Dios y sin duda, también a los hermanos.
¿Escucho la invitación a seguir ese camino?
¿Cómo lo sigo?
LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro de Isaías
Is 30, 19-21. 23-26
Esto dice el Señor Dios de Israel:
“Pueblo de Sión, que habitas en Jerusalén,
ya no volverás a llorar.
El Señor misericordioso, al oír tus gemidos,
se apiadará de ti y te responderá, apenas te oiga.
Aunque te dé el pan de las adversidades
y el agua de la congoja,
ya no se esconderá el que te instruye;
tus ojos lo verán.
Con tus oídos oirás detrás de ti una voz que te dirá:
‘Éste es el camino.
Síguelo sin desviarte,
ni a la derecha, ni a la izquierda’.
El Señor mandará su lluvia
para la semilla que siembres
y el pan que producirá la tierra
será abundante y sustancioso.
Aquel día, tus ganados pastarán en dilatadas praderas.
Los bueyes y los burros que trabajan el campo,
comerán forraje sabroso,
aventado con pala y bieldo.
En todo monte elevado y toda colina alta,
habrá arroyos y corrientes de agua
el día de la gran matanza,
cuando se derrumben las torres.
El día en que el Señor vende las heridas de su pueblo
y le sane las llagas de sus golpes,
la luz de la luna será como la luz del sol;
será siete veces mayor,
como si fueran siete días en uno’’.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Mateo
Mt 9, 35–10, 1. 6-8
En aquel tiempo, Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, predicando el Evangelio del Reino y curando toda enfermedad y dolencia. Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Entonces dijo a sus discípulos: “La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos. Rueguen, por lo tanto, al dueño de la mies que envíe trabajadores a sus campos”.
Después, llamando a sus doce discípulos, les dio poder para expulsar a los espíritus impuros y curar toda clase de enfermedades y dolencias. Les dijo: “Vayan en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel. Vayan y proclamen por el camino que ya se acerca el Reino de los cielos. Curen a los leprosos y demás enfermos; resuciten a los muertos y echen fuera a los demonios. Gratuitamente han recibido este poder; ejérzanlo, pues, gratuitamente”.
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