Evangelio Del Día Lunes 19 de Diciembre | La Fidelidad De Dios | Hoy en Oración
Dec 19, 2022 ·
7m 13s
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Evangelio Diario LITURGIA - 19 DE DICIEMBRE DE 2022 Ciclo A - Año I - Color Morado IV Semana del Tiempo de Adviento Liturgia de las Horas Tomo I IV...
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Evangelio Diario
LITURGIA - 19 DE DICIEMBRE DE 2022
Ciclo A - Año I - Color Morado
IV Semana del Tiempo de Adviento
Liturgia de las Horas Tomo I
IV Semana del Salterio
Primera Lectura Jueces 13, 2-7. 24-25
Salmo 70
Evangelio Lucas 1, 5-25
“¿Cómo estaré seguro de eso?”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Cuando no hay profecía en el pueblo de Dios, el vacío que deja lo llena el clericalismo: es precisamente este clericalismo el que pregunta a Jesús: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Con qué legalidad?". Y el recuerdo de la promesa y la esperanza de seguir adelante se reducen sólo al presente: ni pasado ni futuro esperanzador. El presente es legal: si es legal adelante. "¡Señor, que no falten profetas entre tu pueblo!". Todos los bautizados somos profetas. "¡Señor, que no olvidemos tu promesa! ¡Que no nos cansemos de seguir adelante! ¡Que no nos cerremos en las legalidades que cierran las puertas!". (Santa Marta, 16 de diciembre de 2013)
Reflexión del Evangelio de hoy (Fray Manuel Santos Sánchez O.P.)
El nacimiento especial de Sansón
Después de la caída de nuestros padres y su expulsión del paraíso, nunca nuestro Dios ha dejado de estar de nuestra parte, y de ofrecernos su ayuda de diversos modos. Uno de ellos es a través de distintos personajes, como nos relata la Sagrada Escritura, principalmente en el Antiguo Testamento, antes de la gran ayuda de su Hijo Jesús. Uno de estos personajes es Sansón, del que nos habla la primera lectura.
Su nacimiento ya está envuelto en una intervención divina especial, puesto que su madre era estéril. Su vida está llena de acontecimientos singulares. Fue juez de Israel durante veinte años. Su principal misión fue luchar contra los filisteos. A pesar de ser traicionado sufriendo la caída de su pelo, que era el símbolo y la fuente de su fuerza especial, al recuperarlo es capaz de derribar la casa donde estaba él y un gran número de filisteos, muriendo todos ellos.
La lección de esta lectura es que más allá de sus especiales acciones, la vida de Sansón está dirigida y movida por el espíritu de Dios.
El nacimiento especial de Juan
Estamos a las puertas de la fiesta del nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Es un nacimiento especial. Su madre es María que lo concebirá sin concurso de varón, pero con la intervención del Espíritu. “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios”.
El relato evangélico de hoy nos relata los prolegómenos extraordinarios del nacimiento de Juan el Bautista. El ángel Gabriel comunica a Zacarías el nacimiento de un hijo. Algo de lo que Zacarías se atreve a dudar, y así se lo dice al ángel: “¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada”. Como consecuencia de su duda, Zacarías quedará mudo hasta el nacimiento de su hijo Juan, que va a ser el precursor de Jesús, el que le anuncie como el Mesías, al que debemos hacer caso.
Es verdad, la concepción de Jesús y de Juan tienen un carácter extraordinario, y el nacimiento de Jesús va seguir siendo extraordinario, al nacer en una cuadra y tener que ser recostado en un pesebre. Tenemos un Dios sorprendente, al que debemos escuchar siempre para captar la verdad que quiere comunicarnos.
LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro de los Jueces
Ju 13, 2-7. 24-25
En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoa. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. A esa mujer se le apareció un ángel del Señor y le dijo: “Eres estéril y no has tenido hijos; pero de hoy en adelante, no bebas vino, ni bebida fermentada, ni comas nada impuro, porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No dejes que la navaja toque su cabello, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre y él comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos”.
La mujer fue a contarle a su marido: “Un hombre de Dios ha venido a visitarme. Su aspecto era como el del ángel de Dios, terrible en extremo. Yo no le pregunté de dónde venía y él no me manifestó su nombre, pero me dijo: ‘Vas a concebir y a dar a luz un hijo. De ahora en adelante, no bebas vino ni bebida fermentada, no comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta su muerte’ ”.
La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo y el espíritu del Señor empezó a manifestarse en él.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Lc 1, 5-25
Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.
Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo”.
Pero Zacarías replicó: “¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada”. El ángel le contestó: “Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”.
Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató de hacerse entender por señas y permaneció mudo.
Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues decía: “Esto es obra del Señor. Por fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí”.
Oración
Señor, libérame de aquellos malos hábitos que me esclavizan, quiero sentir la gloriosa libertad de los hijos de Dios en todos los aspectos de mi vida; muéstrame el camino para modificar esas costumbres que me alejan de ti y de mis hermanos. Te lo pido por el gran amor que me tienes.
Acción
Hoy haré una lista de los hábitos negativos que están afectando mi vida espiritual, buscaré alguna actividad que los sustituya y trabajaré arduamente para superarlos.
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LITURGIA - 19 DE DICIEMBRE DE 2022
Ciclo A - Año I - Color Morado
IV Semana del Tiempo de Adviento
Liturgia de las Horas Tomo I
IV Semana del Salterio
Primera Lectura Jueces 13, 2-7. 24-25
Salmo 70
Evangelio Lucas 1, 5-25
“¿Cómo estaré seguro de eso?”
PALABRAS DEL SANTO PADRE
Cuando no hay profecía en el pueblo de Dios, el vacío que deja lo llena el clericalismo: es precisamente este clericalismo el que pregunta a Jesús: "¿Con qué autoridad haces estas cosas? ¿Con qué legalidad?". Y el recuerdo de la promesa y la esperanza de seguir adelante se reducen sólo al presente: ni pasado ni futuro esperanzador. El presente es legal: si es legal adelante. "¡Señor, que no falten profetas entre tu pueblo!". Todos los bautizados somos profetas. "¡Señor, que no olvidemos tu promesa! ¡Que no nos cansemos de seguir adelante! ¡Que no nos cerremos en las legalidades que cierran las puertas!". (Santa Marta, 16 de diciembre de 2013)
Reflexión del Evangelio de hoy (Fray Manuel Santos Sánchez O.P.)
El nacimiento especial de Sansón
Después de la caída de nuestros padres y su expulsión del paraíso, nunca nuestro Dios ha dejado de estar de nuestra parte, y de ofrecernos su ayuda de diversos modos. Uno de ellos es a través de distintos personajes, como nos relata la Sagrada Escritura, principalmente en el Antiguo Testamento, antes de la gran ayuda de su Hijo Jesús. Uno de estos personajes es Sansón, del que nos habla la primera lectura.
Su nacimiento ya está envuelto en una intervención divina especial, puesto que su madre era estéril. Su vida está llena de acontecimientos singulares. Fue juez de Israel durante veinte años. Su principal misión fue luchar contra los filisteos. A pesar de ser traicionado sufriendo la caída de su pelo, que era el símbolo y la fuente de su fuerza especial, al recuperarlo es capaz de derribar la casa donde estaba él y un gran número de filisteos, muriendo todos ellos.
La lección de esta lectura es que más allá de sus especiales acciones, la vida de Sansón está dirigida y movida por el espíritu de Dios.
El nacimiento especial de Juan
Estamos a las puertas de la fiesta del nacimiento de Jesús, el Hijo de Dios. Es un nacimiento especial. Su madre es María que lo concebirá sin concurso de varón, pero con la intervención del Espíritu. “El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y la virtud del Altísimo te cubrirá con su sombra, y por esto el hijo engendrado será santo, será llamado Hijo de Dios”.
El relato evangélico de hoy nos relata los prolegómenos extraordinarios del nacimiento de Juan el Bautista. El ángel Gabriel comunica a Zacarías el nacimiento de un hijo. Algo de lo que Zacarías se atreve a dudar, y así se lo dice al ángel: “¿Cómo estaré seguro de eso? Porque yo soy viejo y mi mujer es de edad avanzada”. Como consecuencia de su duda, Zacarías quedará mudo hasta el nacimiento de su hijo Juan, que va a ser el precursor de Jesús, el que le anuncie como el Mesías, al que debemos hacer caso.
Es verdad, la concepción de Jesús y de Juan tienen un carácter extraordinario, y el nacimiento de Jesús va seguir siendo extraordinario, al nacer en una cuadra y tener que ser recostado en un pesebre. Tenemos un Dios sorprendente, al que debemos escuchar siempre para captar la verdad que quiere comunicarnos.
LECTURA DEL DÍA
Lectura del libro de los Jueces
Ju 13, 2-7. 24-25
En aquellos días, había en Sorá un hombre de la tribu de Dan, llamado Manoa. Su mujer era estéril y no había tenido hijos. A esa mujer se le apareció un ángel del Señor y le dijo: “Eres estéril y no has tenido hijos; pero de hoy en adelante, no bebas vino, ni bebida fermentada, ni comas nada impuro, porque vas a concebir y a dar a luz un hijo. No dejes que la navaja toque su cabello, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre y él comenzará a salvar a Israel de manos de los filisteos”.
La mujer fue a contarle a su marido: “Un hombre de Dios ha venido a visitarme. Su aspecto era como el del ángel de Dios, terrible en extremo. Yo no le pregunté de dónde venía y él no me manifestó su nombre, pero me dijo: ‘Vas a concebir y a dar a luz un hijo. De ahora en adelante, no bebas vino ni bebida fermentada, no comas nada impuro, porque el niño estará consagrado a Dios desde el seno de su madre hasta su muerte’ ”.
La mujer dio a luz un hijo y lo llamó Sansón. El niño creció y el Señor lo bendijo y el espíritu del Señor empezó a manifestarse en él.
EVANGELIO DEL DÍA
Lectura del santo evangelio según san Lucas
Lc 1, 5-25
Hubo en tiempo de Herodes, rey de Judea, un sacerdote llamado Zacarías, del grupo de Abías, casado con una descendiente de Aarón, llamada Isabel. Ambos eran justos a los ojos de Dios, pues vivían irreprochablemente, cumpliendo los mandamientos y disposiciones del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril y los dos, de avanzada edad.
Un día en que le correspondía a su grupo desempeñar ante Dios los oficios sacerdotales, le tocó a Zacarías, según la costumbre de los sacerdotes, entrar al santuario del Señor para ofrecer el incienso, mientras todo el pueblo estaba afuera, en oración, a la hora de la incensación.
Se le apareció entonces un ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías se sobresaltó y un gran temor se apoderó de él. Pero el ángel le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu mujer, te dará un hijo, a quien le pondrás el nombre de Juan. Tú te llenarás de alegría y regocijo, y otros muchos se alegrarán también de su nacimiento, pues él será grande a los ojos del Señor; no beberá vino ni licor y estará lleno del Espíritu Santo, ya desde el seno de su madre. Convertirá a muchos israelitas al Señor; irá delante del Señor con el espíritu y el poder de Elías, para convertir los corazones de los padres hacia sus hijos, dar a los rebeldes la cordura de los justos y prepararle así al Señor un pueblo dispuesto a recibirlo”.
Pero Zacarías replicó: “¿Cómo podré estar seguro de esto? Porque yo ya soy viejo y mi mujer también es de edad avanzada”. El ángel le contestó: “Yo soy Gabriel, el que asiste delante de Dios. He sido enviado para hablar contigo y darte esta buena noticia. Ahora tú quedarás mudo y no podrás hablar hasta el día en que todo esto suceda, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo”.
Mientras tanto, el pueblo estaba aguardando a Zacarías y se extrañaba de que tardara tanto en el santuario. Al salir no pudo hablar y en esto conocieron que había tenido una visión en el santuario. Entonces trató de hacerse entender por señas y permaneció mudo.
Al terminar los días de su ministerio, volvió a su casa. Poco después concibió Isabel, su mujer, y durante cinco meses no se dejó ver, pues decía: “Esto es obra del Señor. Por fin se dignó quitar el oprobio que pesaba sobre mí”.
Oración
Señor, libérame de aquellos malos hábitos que me esclavizan, quiero sentir la gloriosa libertad de los hijos de Dios en todos los aspectos de mi vida; muéstrame el camino para modificar esas costumbres que me alejan de ti y de mis hermanos. Te lo pido por el gran amor que me tienes.
Acción
Hoy haré una lista de los hábitos negativos que están afectando mi vida espiritual, buscaré alguna actividad que los sustituya y trabajaré arduamente para superarlos.
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