Proverbios 22:1 *”Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación. 2 El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los ha creado el Señor”*.
Este proverbio nos habla de algo que Dios valora y estima de nuestro carácter: la buena fama y la buena reputación. Y en sentido espiritual nos habla del buen testimonio, o la condición del cristiano como testigo de Jesucristo en la tierra. Aquel que le enseña al mundo, sin pronunciar palabras y solamente con su propia vida, lo que puede hacer el Señor en una persona que conduce sus pasos de acuerdo a la palabra de Dios. Él buen testimonio nos permite ganar el favor de Dios y de la gente (Prov 3:3). A muchos cristianos, no les importa lo que los demás digan o piensen de ellos respecto a su fe. Incluso están dispuestos a pelear o discutir con la gente, para defender sus valores y creencias. Pero en el desarrollo de un carácter transformado, nosotros no nos enfrentamos y discutimos con la gente con agresividad. Mas bien, callamos y oramos dejándole el trabajo al Espíritu Santo (Juan 16:8). Que maravilloso es hacer que con el buen testimonio ganemos buena fama de ser fieles testigos de Cristo imitando su amor y su paciencia, para cumplir el propósito de nuestro creador haciendo discípulos para Cristo.