Hablamos con Sara sobre un tema que tiene miles de capas y formas: la maternidad. Nos contó su historia, con todo lo lindo y lo retador, con los regalos y los sacrificios, y vimos en su testimonio cómo ser madre es una invitación constante a abandonarte en la voluntad de Dios. El amor de mamá es un reflejo, humano e imperfecto, del inmesurable amor del Padre por cada uno de nosotros, por lo tanto, la maternidad tiene sabor de eternidad. Con sinceridad y ternura, Sara nos contó cómo ha alcanzado la plenitud a través de sus hijas, en medio del dolor y las renuncias, y que ha aprendido a soltar el control y confiar una y otra vez en Dios.